31 de mayo – Un día para reflexionar sobre el tabaco

Fuente OMS/MSP

En esta fecha nos tomamos un momento para pensar y reflexionar sobre el tabaco y sus riesgos en la salud, considerando la creciente concientización de los efectos negativos que genera en el organismo y en el entorno, pero todavía siendo su consumo la principal epidemia prevenible a la que se enfrenta el mundo.

Cada año mueren casi 8 millones de personas por el consumo de tabaco, correspondiendo una parte no menor a personas no fumadoras que respiran humo ajeno.

Según la OMS, los jóvenes son un segmento de mercado importante para la industria tabacalera, ya que a partir de estudios realizados, 9 de cada 10 fumadores empiezan a fumar antes de cumplir 18 años, y a nivel mundial, más de 40 millones de jóvenes entre 13 y 15 años han comenzado a consumir tabaco.

Por ello, el objetivo fundamental es prevenir a las presentes y futuras generaciones de las consecuencias devastadoras para la salud y el flagelo social, ambiental y económico que derivan del tabaco.

Por otra parte, hace poco más de un año que la realidad cambió producto de la pandemia por COVID-19. Inhalar humo de tabaco deteriora los mecanismos de defensa del aparato respiratorio y produce inflamación de la vía aérea, alteraciones que facilitan la adquisición de infecciones respiratorias (bacterianas o virales). Las personas que fuman no solo presentan mayor incidencia, sino también peor evolución y formas más graves de infecciones respiratorias como influenza, neumonías o tuberculosis.

Sumado a esto, el componente conductual de llevarse la mano a la boca con mayor frecuencia, facilita el ingreso de los gérmenes. La evidencia acumulada durante la pandemia ha demostrado que, además de las alteraciones mencionadas, las células pulmonares de los fumadores son especialmente susceptibles a infectarse por el virus SARS-CoV-2, lo que repercute en una doble probabilidad de cursar la enfermedad de forma más grave, en comparación con los no fumadores.

Se ha comprobado que al dejar de fumar se produce una rápida mejoría de los mecanismos de defensa de la vía aérea, disminución de la inflamación, recuperación de la inmunidad del aparato respiratorio y un decrecimiento en los factores de daño cardiovascular. Si bien aún no se ha demostrado que dejar de fumar aminora el riesgo de enfermar por SARS-CoV-2, se considera que el cese del consumo disminuye el riesgo de desarrollar formas más graves de infección respiratoria, tal como sucede con otras infecciones virales.

Dejar de fumar es la mejor decisión para la salud en el corto y largo plazo, más aún en tiempo de pandemia, disminuyendo la posibilidad de adquirir y transmitir la infección por SARS-CoV-2 y, en caso de enfermar, la evolución será mejor por el impacto beneficioso e inmediato en el funcionamiento de los aparatos respiratorio y cardiovascular en abstinencia. Además, dejar de fumar es un desafío personal, supone un alto compromiso consigo mismo, devolviendo libertad y generando respeto y admiración en el entorno.

En MP contamos con una Policlínica Anti-Tabaco que desarrolla el programa “Pulmones Sanos”, con profesionales de experiencia para ayudar a nuestros socios que estén dispuestos a dejar el hábito del cigarrillo.

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