Auriculares y Trauma Acústico: ¿El uso de auriculares afecta mi audición?
Dra. Johana Carreras – Otorrinolaringóloga
Para responder a esta pregunta debemos comenzar por entender el significado de trauma acústico, algunos conceptos básicos del sonido y sus efectos en el oído y la audición.
Historia
En la naturaleza se producen sonidos de intensidad moderada. El sonido excesivo o ruido aparece como fenómeno social en la era de los trabajadores del metal y es reconocido posteriormente como factor perjudicial para la salud. La primera legislación para regular el ruido surge en el año 600 AC.
Es con el advenimiento de las armas de fuego, el transporte motorizado y la revolución industrial que comienza a desarrollarse el concepto de trauma acústico.
En la segunda mitad del siglo XX surge con gran fuerza una innovación cultural: el sonido con fines lúdicos y recreativos. Se hacen populares los conciertos y las discotecas, actividades que generan sonidos mayores a 110 decibeles (db), siendo nocivos para el oído humano sonidos mayores de 80-90 decibeles.
En 1910, el ingeniero Nathaniel Baldwin desarrolla los primeros auriculares, pero no fue hasta 1979 que su uso se hizo popular con la creación del Walkman. El objetivo del auricular es concentrar el sonido en el odio del receptor anulando el sonido del ambiente.
El ruido es un factor de disturbio ecológico, a dosis altas y mantenidas es un generador de distintas patologías.
¿Cómo nos afecta el ruido?
Los trastornos producidos por el ruido en el ser humano se pueden dividir en dos grandes grupos: lesiones Otológicas y alteraciones no Otológicas.
Las lesiones Otológicas se generan por la actuación simultánea de dos factores, la intensidad del ruido y el tiempo de exposición. El ruido comienza a ser lesivo para el oído, como dijimos a partir de 80 a 90db de intensidad y a mayor tiempo de exposición mayor lesión se establece, produciendo lo que se conoce como trauma acústico.
Sonidos con frecuencias entre los 2000 y 3000 Hz y ruidos intermitentes donde la pausa sin sonido es breve son más lesivos aún, como por ejemplo la música. Se sabe que hay otras condicionantes que también inciden en el daño que puede generar el ruido, como son la susceptibilidad individual, la edad, el estado general, condiciones ambientales y otras enfermedades del oído.
A su vez el trauma acústico puede ser agudo, cuando es ocasionado por un sonido de gran intensidad en un tiempo limitado, en general es unilateral y asimétrico; o también pude ser crónico, cuando la exposición es prolongada y generalmente es bilateral y simétrico.
Debemos saber que las lesiones por trauma acústico son irreversible y no tienen tratamiento, una vez instaurado el daño a nivel celular no hay posibilidad de curación, lo que nos lleva a concluir que lo fundamental es la prevención. Con respecto a las lesiones no Otológicas se puede decir que el exceso sonoro es nocivo per sé.
El ruido abruma a las sociedades desarrolladas contemporáneas y crea en el hombre moderno patologías físicas y psíquicas que interesa no solo al Otorrinolaringólogo, sino también a psiquiatras, psicólogos, sociólogos, etc. A nivel del sistema nervioso el ruido produce alerta, emoción y acción que producen reacciones químicas en el organismo. Por tanto el ruido puede generar, estrés, trastornos psíquicos, alteraciones del sueño, trastornos en la fonación, reacciones de sobresalto e incluso accidentes.
Auriculares y prevención
Inicialmente el uso de auriculares fue con fines recreativos, pero en los últimos tiempos se ha hecho necesario en nuestra vida con el advenimiento de las clases virtuales y el teletrabajo, en donde niños y adultos deben realizar sus actividades conectados a distintos dispositivos electrónicos en simultáneo y en el mismo espacio físico.
Los auriculares modernos son pequeños y más anatómicos, suponen un sonido más directo y mayor riesgo de trauma acústico.
A su vez la exposición diaria continua al exceso de sonido produce una pérdida gradual e irreversible, y el envejecimiento prematuro de la audición puede deberse al creciente mal uso de los auriculares.
¿Cuáles son los síntomas del trauma acústico y cómo prevenirlo?
Uno de los primeros síntomas puede ser la aparición de zumbidos (acúfenos), al inicio casi imperceptibles, pudiendo incrementar su intensidad en tanto aumente el trauma acústico. Otro síntoma puede ser la necesidad de subir más el volumen de los dispositivos sonoros, o tener que preguntar ¿QUÉ? cada vez con más frecuencia en medio de una conversación.
Para prevenir el trauma acústico se recomienda evitar la exposición a sonidos de más 60 db por más de 60 min. Con respecto a los auriculares es fácil manejar el tiempo pero difícil medir los decibeles. Para esto una forma práctica de saber si estamos usando los auriculares de forma saludable es escuchar con un volumen que no sea percibido por las personas a nuestro alrededor.
La pandemia por COVID-19 que hoy atraviesa la sociedad nos ha llevado a modificar hábitos y costumbres imponiendo el creciente uso de auriculares y distintos dispositivos sonoros con fines recreativos, educativos y laborales. Por esto el uso responsable de auriculares y el control de la exposición al ruido es nuestra mejor arma para evitar el agravio auditivo, ya que una vez establecida la lesión, la audición perdida es irrecuperable. Ante estos síntomas, la consulta con un especialista permite llegar a un diagnóstico precoz y minimizar las secuelas al comenzar las medidas y cuidados necesarios.