Amor en tiempos de cambios: dos formas de fortalecer la pareja
Alan Abadi | Lic. en Psicología
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La pareja humana es la más compleja de todo el reino animal. Para un par de teros, estar juntos es muy fácil: es un tema de instinto, no de expectativas. En nuestro caso, la pareja es una construcción simbólica que a lo largo del tiempo ha mostrado cambios. Hoy vivimos una crisis en el concepto de pareja porque, a diferencia de lo que ocurría hace 50 años, ya no existe un mandato claro sobre cómo debería ser. Ahora cada pareja puede ser como quiera, y eso hace que la cuestión sea más difícil de manejar. También tiene su lado positivo: nadie está obligado a formar una pareja que no desea.
Construir una pareja satisfactoria en estos tiempos exige, al menos, conocerse a uno mismo, saber manejar nuestras emociones, ser hábil en la comunicación y en la negociación, y tener una buena dosis de empatía. Si fuera tan sencillo, no tendríamos, por ejemplo, un 70% de divorcios en 2023 según el Instituto Nacional de Estadística (INE), ni veríamos cómo el número de matrimonios disminuye a razón de un 10% por año.
No es culpa nuestra fracasar en la construcción de parejas estables. Somos producto de nuestro tiempo: el entorno nos impulsa a desear parejas estables y satisfactorias, pero nadie nos enseña con la suficiente autoridad cómo lograrlo. En este contexto surgen muchos intentos de explicar cómo alcanzar tal objetivo. Aunque no son una solución definitiva, sí pueden contribuir. En esta entrega quiero compartirles dos enfoques que pueden ayudarnos mucho: por un lado la herramienta del Eneagrama, que nos permite conocernos, gestionarnos mejor y comprender al otro; y por otro un libro que se ha hecho famoso, Los 5 lenguajes del amor (Gary Chapman, 1992).
Un test de personalidad basado en el Eneagrama y/o una consulta con un especialista brindan una descripción muy útil de nuestro funcionamiento: deseos, necesidades y miedos que uno reconoce con rapidez. Nombrar y comprender estos aspectos nos ordena y nos permite saber cuándo nos estamos haciendo bien y cuándo no. También nos ayuda a distinguir cuándo poner límites de manera saludable y evitar hacerlo como un patrón de nuestra personalidad que puede resultar perjudicial.
Al trabajar con parejas desde el Eneagrama, se comparan las diferentes personalidades, conociendo no solo la de cada uno sino también las características del vínculo que forman: fortalezas, debilidades, puntos de encuentro, puntos de conflicto, actitudes positivas y actividades que fortalecen la conexión. Es en definitiva, un mapa de la relación que aclara y ordena.
Por otra parte, algo que se puede aplicar de inmediato es conocer el propio “lenguaje del amor” como lo llama Gary Chapman. Él explica que identificar el lenguaje principal de cada uno y “hablar” el de la pareja fortalece el vínculo.
Los lenguajes son: palabras de afirmación, tiempo de calidad, recibir regalos, actos de servicio y contacto físico.

¿Con cuál te sentís mejor? ¿Con palabras que refuerzan tu autoestima, te hacen sentir que estás bien? ¿Pasando tiempo exclusivo, experiencias significativas, conversando en profundidad? ¿Recibiendo detalles materiales, simbólicos? ¿Cuándo te ayudan en tus tareas y te alivian la carga? ¿Con besos, caricias, contacto frecuentemente?
Todos disfrutamos de las cinco formas y también las ofrecemos, aunque en distinta proporción según nuestra personalidad. Es útil establecer una escala de prioridades del uno al cinco para identificar las formas más importantes de dar y recibir amor en tu caso.
Con las dos herramientas que exploramos tenemos la posibilidad de implementar pequeños cambios que mejoran la comunicación y la satisfacción en nuestros vínculos.