Bienestar y salud mental desde los primeros años de vida

Mujer colocándose un tapaboca - Casos de viruela símica en las Américas

Estar mentalmente sano en la infancia significa alcanzar los indicadores del desarrollo y emocionales, así como también aprender destrezas sociales saludables y cómo enfrentar los problemas que puedan presentarse.

Los niños sanos mentalmente tienen una buena calidad de vida, desempeñándose bien en el hogar, la escuela y sus comunidades.

Tener salud mental no es simplemente la ausencia de un trastorno mental.  En sus primeros años de vida los niños pasan por muchos hitos importantes de su vida afectiva, siendo un momento de continuo crecimiento y aprendizaje, y un momento ideal para comenzar a apoyar su bienestar emocional.

Como padres debemos fomentar una relación cálida y tierna, brindarles seguridad y cuidado y darles las bases para crecer saludablemente.

En los bebés las caricias, los besos, el contacto físico afectivo, colaboran en la liberación de hormonas que estimula el vínculo entre los bebés y las personas adultas. Es importante el jugarles, abrazarlos, hablarles y cantarles.

A medida que van creciendo, aumenta el deseo de explorar y esta curiosidad debe ser estimulada a través de leerles un libro todos los días en la medida de lo posible, jugar juegos que los atraigan, pedirles que nombren cosas, explorar juntos la naturaleza.

En la etapa preescolar se vuelven más independientes. Se debe fomentar la interacción social a través del juego con otros niños, invitarlos a que colaboren con tareas del hogar apropiadas para su edad, guiarlos para resolver problemas simples, establecer límites y darles opciones claras para que vayan aprendiendo a tomar decisiones.

Parte del aprendizaje es el manejo de la frustración, puede suceder que al costarles expresarse cause enojo o estrés, siendo fundamental que los adultos que se encuentran acompañándolos los tranquilicen y los ayuden a explorar lo que están sintiendo.

Los niños deben crecer en ambientes distendidos, no violentos, sin discusiones frecuentes entre sus mayores delante de ellos.

Necesitan crecer con atención, amor y cuidado para un desarrollo saludable.

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