¿Cómo curar una herida y evitar su infección?
Yuliana Caballero | Licenciada en Enfermería – Stephanie Da Rosa | Auxiliar de Enfermería
En caso de sufrir una herida en el domicilio, es fundamental realizar la primera curación de inmediato. Se aconseja limpiar la herida con abundante agua potable y posteriormente cubrirla con gasa estéril o, en su ausencia, un paño limpio y seco que no deje residuos. Si el sangrado persiste, se debe aplicar presión continua sobre la herida.
Es imperativo acudir a una policlínica o contactar con el servicio de emergencia móvil con el que se cuente para recibir una valoración adecuada y establecer un plan de curación. Actuar con prontitud contribuirá a prevenir complicaciones futuras.
Al momento de consultar, es importante proporcionar la siguiente información:
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Descripción del objeto o mecanismo que causó la lesión.
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Tiempo transcurrido desde el momento en que ocurrió la herida.
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Información sobre patologías y medicación crónica, como diabetes mellitus, anticoagulantes, entre otros.
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Estado de la dosis de vacuna antitetánica aplicada.
Etapas de la cicatrización
Etapa 1: Coagulación – Hemostasia
Esta etapa, se inicia inmediatamente después de que se produce la lesión, con el fin de detener el sangrado.
Etapa 2: Inflamación – Fase defensiva
En esta etapa se busca eliminar bacterias y desechos, preparando la herida para el desarrollo de nuevo tejido.
Etapa 3: Proliferación
El objetivo de esta fase, es regenerar el tejido y cubrir la herida. Se forma tejido de granulación, los márgenes de la herida se contraen hacia el centro y comienza el proceso de epitelización (la herida se recubre con una delgada capa de piel).
Etapa 4: Maduración
El tejido nuevo gana resistencia y flexibilidad gradualmente a medida que se regenera y madura. Esta etapa puede durar desde 21 días hasta 2 años.
Complicaciones que retrasan la cicatrización
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Malnutrición.
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Higiene deficiente.
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Padecer enfermedades crónicas, por ejemplo: diabetes mellitus, coagulopatías, inmunodepresión, entre otros.
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Contaminación de la herida por no aplicar una técnica adecuada cuando se realizan curaciones.
¿Cómo saber si la herida está infectada?
Los signos más comunes y visibles son:
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Dolor: de reciente aparición o en aumento.
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Rubor: la piel que rodea la herida queda enrojecida.
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Calor: al tocar la zona de la herida percibimos un aumento de la temperatura.
Si presenta algunos de estos signos y se encuentra en tratamiento de curaciones, es importante una nueva consulta con su médico tratante para una nueva valoración.