Quemaduras: la prevención nunca es exagerada
Prof. Dr. Oscar Jacobo | Cirujano Plástico | Director Centro Nacional de Quemados
Las quemaduras son la cuarta causa de mortalidad por traumatismos y una de las más frecuentes causas de perdida de años por discapacidad.
La mayoría de ellas se producen en el domicilio por accidentes derivados de la imprudencia o el mal uso de electrodomésticos comunes.
Debemos diferenciar tres grupos de riesgo:
- Los niños que según su edad participan en accidentes típicos
- Los adultos en edad laboral
- Los adultos en edad laboral
El niño comienza a provocar accidentes en su etapa de exploración del entorno, aunque no camine, tiende a tomar los objetos y si puede llevárselos a la boca.
Al tenerlo en la falda o sentado sobre nuestro regazo debemos cuidar lo que tengamos en la mano o sobre una mesa, ya que va a intentar alcanzarlo, puede ser un cuchillo, una taza de té hirviendo o el clásico termo con agua caliente, “la bebida nacional” causante de muchos accidentes debido a la falta de cuidados, ya que implícitamente representa un riesgo andar con un litro de agua caliente bajo el brazo.
Cuando comienzan a “gatear” o incluso caminar, debemos cuidar los cables de alargues; causantes de quemaduras profundas en la boca y las manos, así como de electrocución, si no tenemos una instalación eléctrica con disyuntor diferencial.
Es conocida la recomendación de no cocinar en las hornallas delanteras o dejar los mangos de ollas o sartenes a su alcance, también debemos recordar que, en el caso de cocinas comunes, en algunos países se le coloca un contrapeso que evita el movimiento de bascula hacia adelante. Cuando horneamos en electrodomésticos que no poseen aislamiento adecuado se pueden producir quemaduras por contacto al tocar la puerta del horno, el mismo mecanismo de quemadura que con los populares y eficientes calefactores de doble combustión.
El segundo grupo es el de los adultos jóvenes, mayoritariamente del género masculino. En estos pacientes son muy frecuentes las quemaduras al manipular gasolina (en Uruguay: nafta), la utilización de este producto como acelerante de un fuego que se intenta encender infructuosamente o al recargar o trasegar a bidones mientras se tiene cerca una fuente de calor, por ejemplo mientras se fuma. Los accidentes de este tipo provocan graves quemaduras, incluso mortales.
El uso imprudente de fuegos abiertos como los fogones de campamento, los braseros ornamentales utilizados en casas de eventos o el inocente mechero de bioetanol usado sobre mesas, pueden causar quemaduras por cambios en el sentido del viento por no guardar la distancia de seguridad necesaria.
El tercer grupo es el de los adultos mayores, estos presentan menor destreza al realizar actividades diarias como cocinar o calefaccionarse, pudiendo tomar fuego sus ropas.
Otro escenario es el baño: aquí se producen la mayoría de las caídas y quemaduras, algunas por déficits motores, por ejemplo pacientes con prótesis de rodilla o cadera tienen limitados algunos movimientos. Con sencillas medidas podemos evitar estos accidentes, modificando el baño para dar elementos de agarre como barrotes en la ducha y otras paredes, uso de elevadores de inodoro y limitando la temperatura del agua caliente a 50 grados Celsius.
Las bolsas de agua caliente no cumplen con ninguna medida de seguridad, se rompen aun cuando aparentemente se encuentren en buen estado, a ello se suma la temperatura que alcanza el agua en las jarras eléctricas cuando se utilizan con el automatismo que las apaga a 100 grados Celsius.
La única medida a tomar luego de una quemadura es enfriar la zona, basta recordar el número 15: Agua corriente a 15 grados, a 15 centímetros de distancia y durante 15 minutos.
No se debe utilizar ningún producto para curación, ni casero ni farmacéutico, simplemente cubrir y consultar a su prestador de salud.
Por último, recordar que para la prevención es necesario anticiparse a las situaciones, visualizando el riesgo. Las medidas de prevención nunca son exageradas.