Talentos: ¿cómo educar basándonos en ellos?
Alan Abadi | Lic. En Psicología
¿Para qué educar en talentos?
Tradicionalmente, la educación, tanto en la escuela como en casa, se ha centrado en mejorar las áreas de debilidad. Sin embargo, educar basándonos en los talentos puede ser más desafiante, pero también es mucho más enriquecedor. Este enfoque promueve la resiliencia, fomenta la autoconfianza y lleva a las personas a ser más plenas y exitosas.
¿Qué son los talentos?
Según Donald Clifton y Marcus Buckingham (2001), los talentos son predisposiciones naturales e innatas que permiten a una persona pensar, sentir y actuar de manera que facilita el éxito en actividades productivas. En otras palabras, el talento es una forma natural y espontánea de producir algo de valor. Diferencia a actividades productivas de aquellas que no generan un producto tangible, como ver películas o dormir, que suelen ser mencionadas por adolescentes cuando se les pregunta en qué son buenos. Para este artículo, propongo incluir en la definición de talento lo que Ken Robinson denominó “elemento” (2009): aquello que no solo realizamos con facilidad, sino que también nos apasiona. Estas son las áreas donde más destacamos y que más satisfacción nos proporcionan.
¿Cuáles son los efectos estudiados de aplicar los talentos?
Martin Seligman, pionero de la psicología positiva, en su libro Felicidad Auténtica (2002), menciona que llevar una vida significativa es la mayor fuente de felicidad, y esto está directamente relacionado con la práctica de nuestros talentos. Mihaly Csikszentmihalyi, otro pionero en este campo, en Fluir: La psicología de la experiencia óptima (1990), describe cómo el uso de nuestros talentos nos lleva a un estado de “Flow”, donde perdemos la noción del tiempo y experimentamos una profunda satisfacción.
¿Cómo reconocer y apoyar los talentos en quienes educamos?
Al trabajar con docentes, padres, líderes o adolescentes, el primer paso es aprender a identificar los talentos. El eneagrama, una herramienta desarrollada por Claudio Naranjo, nos permite reconocer nueve tipos principales de talentos y sus combinaciones, proporcionando una comprensión profunda de los valores y desafíos asociados a cada uno.
Conclusión
Reconocer y apoyar los talentos es solo el comienzo. Es fundamental animar a explorar estas áreas y ofrecer refuerzos positivos continuos. Al hacerlo, no solo llenamos de sentido nuestras vidas y las de quienes educamos, sino que también potenciamos su autoestima y salud mental, acompañándolos a una vida de excelencia y satisfacción.
