Día de la Niñez
Aprovechamos la celebración del Día de la Niñez para acercar a los hogares de nuestros pequeños socios una palabra que consideramos importante que se encuentre presente en la infancia: ASOMBRO.
Los niños tienen un innato sentido del asombro y se sorprenden por todo lo que descubren por primera vez en la vida. Nosotros, los adultos, debemos ser responsables de mantener viva esta capacidad, su deseo por el conocimiento y el espacio para el misterio, la curiosidad, la contemplación. Debemos respetarles sus espacios y tiempos para que el asombro suceda, colaborando a que sean más agradecidos y no den todo por supuesto.
El asombro está en las pequeñas cosas, en mirar un pájaro, una mariposa, la lluvia, un cielo estrellado o lleno de colores por el atardecer. El asombro da rienda suelta a la creatividad, a no conformarse, a pensar más lejos de las posibilidades.
Es ir abriendo puertas que los invite a estar en el presente, sin pensar en el pasado o futuro, evitar la sobresaturación y la sobre estimulación, para lograr que aprecien la belleza, la naturaleza y el silencio.
Así fue que agosto se convirtió en un mes donde en Nuestras Clínicas “pasaron cosas”, los ascensores tuvieron un piso que resultó divertido por la ilusión óptica que generaba, corriendo un acetato la imagen de atrás parecía que se movía y en distintos rincones habían puertitas que invitaban a resolver desafíos, encontrando la respuesta al abrirlas.
Como comienzo de la acción, invitamos a varios socios y sus papis a vivir una tarde sin apuro, donde pudimos tirarnos a leer, crear un mini mundo, jugar con cajas y cartones, oler distintas hierbas aromáticas, pintar con variadas técnicas, jugar en la oscuridad y meter las manos en el barro, como el primer juego que descubrió el hombre.
¿Y saben qué? La magia de la vida la vimos en esa tarde, con papis totalmente compenetrados y niños con grandes sonrisas