Conociendo a tu médico: Dr. Rodrigo Martín
Ginecólogo y Obstetra | Especialista en Piso Pélvico
¿Qué te llevó a especializarte en ginecología y posteriormente en piso pélvico?
Lo que me llevó a especializarme en ginecología fue una serie de sucesos durante el internado. Mi primera rotación fue en medicina interna, y como no me gustaba pediatría, opté por ginecología para la segunda rotación. No fue una de las experiencias que más me gustó y eso me asustó, ya que pensaba que esa sería mi especialidad. Luego, en la siguiente rotación, me fui al interior, a Paysandú, y nuevamente estuve en ginecología. Ahí fue cuando empecé a disfrutar del trato con las pacientes embarazadas. Durante los tres años de residencia, tuve la posibilidad de trabajar con uno de los grandes referentes en piso pélvico en el Uruguay. Gracias a él, comencé a comprender lo complejo que es el piso pélvico y su anatomía, la cual resulta muy desafiante. Al principio, no entendía nada de lo que veía, pero a medida que uno empieza a entender, como todo en la vida, le empieza a gustar.
A partir de ahí, comencé a estudiar y a perfeccionarme. En Uruguay no existe ni una diplomatura ni una especialidad en piso pélvico, por lo que decidí formarme en el exterior. Realicé una maestría en uroginecología en la Universidad de Salamanca y, posteriormente, un posgrado latinoamericano en Brasil, especializándome en disfunciones del piso pélvico.
¿Qué es lo que más te apasiona de la especialidad?
Lo que más me apasiona de mi especialidad es poder darles una solución y apoyo a todas aquellas pacientes que se ven desahuciadas. La paciente que llega con una incontinencia que ha padecido durante años, que le impide hacer ejercicio, tener relaciones, salir con amigas, ir al cine o asistir a un concierto porque teme saltar y perder orina.
Poder brindarle a esa paciente una solución que le permita retomar su vida con normalidad y ver cómo vuelve a estar llena de felicidad, es lo que más me llena.
¿Fuera del trabajo, qué es lo que te define?
Hoy en día lo que más me define es que soy papá. Cuando no estoy trabajando, estoy en mi casa con mi hijo y mi esposa, trato estar siempre en familia. Mi trabajo me encanta y me apasiona, eso yo creo que es algo fundamental. Uno tiene que hacer lo que le gusta, sino es una tortura.
Me apasiona trabajar y después llegar a mi casa y estar con mi familia. Si tengo tiempo libre, hago algo de ejercicio y me junto con amigos.
¿Cómo encontraste el equilibrio entre tu vida laboral y tu familia? Sobre todo, los primeros meses de vida de tu hijo.
Los primeros tres meses fueron sumamente caóticos. Mi esposa es pediatra y estaba en licencia maternal. Yo me tomé la licencia paternal, que es simbólica, no te da el tiempo para mucho. Nuestra familia es del interior, la familia de mi esposa es de Paysandú, la mía es de Salto, entonces estábamos los dos solos con él. Decidimos irnos a Salto. Yo viajaba en ómnibus los lunes, trabajaba hasta los viernes y me volvía para estar el fin de semana. Uno se va adaptando al cambio de vida, te vas adaptando al niño. Con el tiempo uno se logra ajustar a todo lo que requiere el cuidado de un hijo. Mi hijo tiene tres años, puedo decir que hace un año que estamos durmiendo.
Algo que siempre recalco a las pacientes obstétricas que están por tener familia es que, aunque la experiencia de ser madre es maravillosa, el desafío que conlleva es un trabajo. La realidad es que, sin una preparación adecuada, el impacto puede ser mucho más grande. Es importante que se les advierta que, aunque el proceso es complicado, es posible manejarlo y superar las dificultades.
¿Es posible? Por supuesto, como en todo en la vida, requiere de muchísima devoción, paciencia y amor. Con eso yo creo que se logra todo.
Si pudieras tener una conversación con tu yo de hace diez años atrás, ¿qué consejos le darías?
Le diría que tenga paciencia, que se dedique, estudie y evite la frustración. La medicina es un campo muy desafiante, especialmente en esta área específica que aún es relativamente nueva en Uruguay. Le diría que tenga paciencia, que todo llega, que estudie y se forme.
Para todo en la vida hay que ser persistente y constante con cualquier conducta, sino uno termina siempre dejándolas y fracasando de alguna manera.
